Barrio de Axares

Axares procede del vocablo árabe Ajsharish y hoy se conoce como barrio de San Pedro. El barrio estaba limitado por el río Darro al sur y por la Cuesta del Chapiz al oeste, por las actuales carrera del Darro entre plaza Nueva y el paseo de los Tristes en la zona inferior y en la superior por la calle San Juan de los Reyes. Este barrio residencial debió estructurarse en el siglo XII, o incluso de época Zirí, y al tratarse de una nueva planificación, las calles discurrían con cierta rectitud y paralelas entre sí, como otros arrabales de época califal en Córdoba (Qurtuba), a diferencia de otras calles irregulares y estrechas de las ciudades islámicas. Se realizó un trazado de vías paralelas que descendían desde la actual San Juan de los Reyes hasta la Carrera del Darro y sus casas (como la de Horno de Oro), dispuestas en torno a patios rectangulares, paralelos o perpendiculares a la calle.

Casa de las Chirimías sobre restos
de la muralla del barrio de Axares
Fertilizado por la acequia de Axares, hoy llamada de San Juan, comprendía desde el Puente del Cadí hasta la Puerta de Guadix alta en la cuesta del Chapiz y estaba protegido por una muralla que enlazaba con esta Puerta. En sus calles quedan diversos restos andalusíes y varias casas moriscas.

Detalle de los restos de la muralla del barrio de Axares,
cerca del cauce del río Darro

Muro de argamasa
que contenían el agua
del río darro

Aún se puede ver desde la Casa de las Chirimías hasta las casas que llegan a la Iglesia de San Pedro (ocultas por los revocos recientes), los restos de argamasa de la muralla de este barrio de Axares que cruzaba en diagonal el actual Paseo de los Tristes (de comienzo del siglo XVII) hasta llegar a la esquina de la Cuesta del Chapiz.

El Centro de Menores Bermudez de Castro aún
conserva restos de la muralla
Desde sus orígenes fue considerado un lugar beneficioso y saludable por su ubicación privilegiada en la vertiente sur del Albaicín le permitió gozar de sol y de la refrescante brisa del río Darro. A este lugar los granadinos hispanomusulmanes llamaban el hospital de África, por su hermosura y la templanza de su clima, elogiado por los poetas musulmanes por sus fuentes, jardines y arboledas que animaban las casas y a sus habitantes.

Fue el espacio predilecto de la nobleza musulmana de la Granada nazarí, que en buena parte se exilió tras la conquista y vendió sus palacios y residencias. Ese valor aristocrático de carácter historicista y su buena situación a la sombra de la Alhambra hizo que algunos de los nuevos nobles cristianos de la ciudad, tras la toma de la ciudad en 1492, fueron un imán para otros proporcionando un nuevo carácter palaciego al barrio.

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