La Rawda Real de La Alhambra: el descanso de los restos de los Reyes Nazaríes

Hace aproximadamente una década, a raíz de las obras de la autovía de la costa, vieron la luz un cementerio musulmán, pero no uno cualquiera, sino los restos de los antepasados del rey Boabdil que el último rey nazarí se llevó de la Rawda de la Alhambra después de la toma de Granada. Sin embargo se trataba de las ruinas de unas casas donde afloraron unas tumbas pero no se puede confirmar que fueran los reyes nazaríes.

La Rawda Real de la Alhambra se encontraba a las espaldas
del Palacio de los Leones, donde tres espacios marcados
recuerdan donde fueron hallados los restos humanos
de personas que pudieron pertenecer a la familia real nazarí.

El espacio en La Alhambra conocido como la Rauda -que significa jardín, cementerio y paraíso- acogía las sepulturas de los difuntos reyes nazaríes. Siguiendo el hadit profético de "La sepultura es uno de los jardines del paraíso” , Mohammed V ordenó la construcción adyacente al Palacio de los Leones de un huerto real para ser utilizado como cementerio, la Rawda. Una torre franqueada por los cuatro lados es el lugar dedicado a honrar a los muertos de la Casa Real Nazarí, el paso previo para ser enterrados en la Rawda Real, el Maqaber dedicado a los reyes de Granada.


Una pequeña puerta del
Patio de los Leones da
paso a la Rawda, el
cementerio donde
reposaban los reyes
de la Casa de Nasr

Un lugar reverencial dedicado a la memoria de sus mayores dignatarios, por lo que Boabdil no dudó en llevarse sus cuerpos con él. En febrero de 1492, aunque la capital del reino de Granada ya ha sido entregada, en el interior de La Alhambra se vive una triste actividad porque aún se encuentra el último rey nazarí, Boabdil junto a su familia y cortesanos en los días previos al exilio.

A extramuros de Los Leones, a las
puertas del Partal, para que los cadáveres
de los reyes no fueran profanados y
darles un nuevo enterramiento
del que se desconoce su ubicación

Boabdil había recibido un feudo en Laujar hacia el que marchó, pero antes de partir dió orden de levantar el Cementerio Real de la Alhambra para evitar que sus ancestros quedaran en tierra cristiana, exhumar sus tumbas para llevarlos con él y buscar un camposanto más allá de La Alhambra. Ha pactado con Fernando el Católico llevarse a sus muertos y evitar que puedan ser profanados, por lo que una larga recua de asnos, mulos y recuas abandonan la ciudad palatina con la preciada carga en sus alforjas a través de la Calle Real Baja dejando la fortaleza por la Puerta de los Siete Suelos caminando por los campos de Alixares para dejar la ciudad atrás y encontrar las sendas del Barranco del Abogado hasta llegar al Genil hasta Mondújar, el último retiro de Muley Hacén. Todo ello ocultos en la noche para evitar que los granadinos los vieran salir de la ciudad.

Estos fueron las fosas de los
reyes nazaríes de Granada que
fueron exhumados por Boabdil
para evitar que pudieran ser
profanados por los cristianos

Todos los cuerpos tendrían
la cabeza al mediodía, ligeramente
vuelta hacia la Meca

Al llegar a Mondújar mandó construir un nuevo cementerio en un sitio tan secreto que hasta la fecha no ha sido encontrado. Para empezar Mondújar marca la duda porque existen dos poblaciones con este nombre próximas a Laujar de Andarax y en el Valle de Lecrín.

Según consta en el folio 28 del libro de Apeo (1577) de Mondujar,  los restos de los sultanes Mohammed II, Yusuf I y Abu Saad, fueron enterrados en la rauda de la mezquita de Mondújar. Pero existen numerosos documentos y referencia que atestiguan la existencia de la rauda real de la familia nazarí en Mondújar, como el de Juan Jusepe de Herrera, vecino de Béznar que testificó lo siguiente en 1549:
"Dixo que la dicha fortaleza de mondújar es muy ymportante para la guarda y seguridad de todas las alpuxarras y val de lecrin porque está en parte de donde puede amparar a el dicho val de lecrín y defender la dicha alpuxarra; como cosa tan importante están trasladados al pie de la dicha fortaleza, en una haça que se llama la rrauda, todos los cuerpos de los reyes de moros que fueron de granada al tienpo que fue de moros y después la rreyna horra mora se truxo desde andarax, después de entregada la çibdad a los señores rreyes católicos, de goriosa memoria, a enterrar a dicha rauda, lo qual es cosa notoria e çierta, y la causa de trasladarse allí los dichos cuerpos fue pretender el rrey moro que se dezía el chiquito que se le diese la dicha fortaleza para su morada y aposento…”

Entre 1925 y 1926 fueron descubiertas por Torres Balbás las fosas
 en las que se encontraban las tumbas nazaríes en la zona de la Rawda

Otra incógnita es que durante las excavaciones  de Torres Balbás que descubrieron las fosas de la Rawda Real en la década de 1920 apareció el cadáver de una mujer ¿de quién se trataba?

Marcado en rojo en esta imagen y cerca al Palacio de Carlos V
se encuentran los restos de la Rawda Real de La Alhambra

Vivos y muertos recorrieron
la senda del exilio, dejando
vacías las tumbas de la
Rawda Real de La Alhambra


También Manuel Gómez-Moreno recogió un texto que data de 1529 y que se conserva en los archivos de la Alhambra, según el cual, los restos de la esposa de Boabdil, llamada Morayma, y de los reyes nazaríes se encuentran en Mondujar, pero estos datos nunca han podido ser confirmados por excavaciones arqueológicas. Otra posibilidad es que el Mondújar sea el almeriense, una localidad que se encuentra en el camino entre Laujar y Adra, puerto desde el que el último rey nazarí marchó a Fez, pero nunca se ha investigado ni hecho excavación arqueológica alguna.

Parece ser que se trataba un magnífico mausoleo, con una estructura de qubba
(espacio cupulado de carácter monumental) de bellísima decoración,
como correspondería a la importancia del lugar
Esta cubierta mudéjar, con decoración
pintada y conservada en el Museo de
La Alhambra, se encontraba sobre la
antigua Rawda Real de La Alhambra


La Rawda quedó muda,
como los habitantes de las
tumbas que fueron abiertas


Cinco siglos después, el silencio
aún habita en las piedras de la
vieja Rauda, donde perviven
las tumbas vacías


Cercano al cementerio de los sultanes nazaríes, esta edificación  de planta cuadrada, conocida como Falsa Rauda o Puerta de la Rauda, destaca por sus grandes arcos de herradura y su cúpula interior. Según algunas hipótesis. la construcción podría haber formado parte del desaparecido palacio de Ismail I.

El torreón de ladrillo adosado al sur del
Patio de los Leones es conocido como el
Torreón de la falsa rauda por pensarse
que era el cementerio (rauda) de los
reyes nazaríes

La falsa Rauda ha sido restaurada recientemente

Según el catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Granada, Antonio Malpica, el ritual que seguía a la muerte de un rey nazarí era el siguiente. Se lavaba el cuerpo del difunto tres veces para su purificación y a continuación se amortajaba con tres telas blancas de algodón perfumadas con alcanfor. El cadáver del monarca era colocado en una especie de qubba, en un espacio que hay detrás del Patio de los Leones, con la intención de hacer pública su muerte, cubierto por una sábana o lienzo de color blanco, con el que serían enterrados de costado y orientados al sureste, hacia la Meca, marcando la tumba con una macabrilla (en el Museo de la Alhambra se conservan algunas de las lápidas reales, con inscripciones sobre la historia del rey al que pertenecía).

Escena procedente de la serie "Requiem por Granada", emitida
en 1991. Los cuerpos que iban a ser enterrados se amortajaban
y cubrían con un lienzo blanco, color de luto hispanomusulmán

La localización de las tumbas de los reyes nazaríes sigue siendo un misterio, un misterio que posiblemente nunca sea desvelado pues no sabemos si realmente Boabdil se llevó los restos de sus ancestros cuando marchó a Fez o si los dejó en la península.

En el libro "Boabdil, el príncipe del
día y de la noche" de Antonio Enrique
dice: "Hay un silencio hondo y misterioso
aquí en la Rauda real, el macaber dinástico
de la Alhambra, un silencio que solo puede
entenderse por la cercanía de los cipreses".

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