La Casa de los Girones



Llamada así por haber pertenecido a la familia castellana Téllez Girón, señores de Cardela, desde el siglo XVI, la Casa de los Girones es un ejemplo de la arquitectura doméstica nazarí del siglo XIII en Granada, que a pesar de haber sido adaptada para albergar a los nuevos moradores de los siglos sucesivos, ha sabido conservar vestigios de su pasado hispanomusulmán. Bajo la máscara cristiana, que la transformó después de la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos, se ocultaba la primitiva construcción nazarí, descubierta en 1863 y restaurada por el arquitecto Torres Balbás al ser adquirida por el Estado en 1930.

La Casa de los Girones se ubica en la confluencia de la
calle Ancha de Santo Domingo y de la Plaza de los Girones

Este edificio se construyó sobre una parcela de aproximadamente 630 metros cuadrados (actualmente se ha visto reducida a 243 metros), sobre una rábita o morabito almohade que en 1290 fue transformado en residencia aristocrática por Mohammed II y que a finales del siglo XV estuvo incorporada a un palacio-almunia propiedad de la hermana de Boabdil


Tras la caída de la dinastía nazarí en Granada, la propiedad
fue adquirida por la Inquisición en 1540 y en 1554 fue comprada
por Diego Téllez Girón, primogénito del primer Señor de Cardela,
quien dejó constancia de su linaje vinculado a la orden de
Santiago, en el escudo nobiliario existente en la fachada.
Esta familia ejerció también importantes cargos en el gobierno
municipal durante los siglos XVI y XVII


Como era habitual en las casas-palacio nazaríes, el patio con alberca era el punto central sobre el que se articulaba la vivienda, en cuyos extremos se levantaban sendos pórticos o cenadores. Desde la calle, se accedía por una entrada en recodo para evitar la visión del interior desde el exterior, y se encontraba situada en un ángulo del patio; el zaguán te adentraba al frescor del amplio patio, que tendría una superficie de 260 metros cuadrados, y de la alberca, que también quedó reducido con el paso del tiempo, incluso hasta desaparecer y de la que únicamente se conserva una parte.

Actual entrada a la Casa de los Girones


Las salas recibían la luz y la ventilación desde el interior, por
el patio, por lo que la fachada presentaba un aspecto austero
de muros lisos, sin decoración y sin ventanas


Vista de parte de la alberca recuperada por Torres Balbás

De la edificación nazarí sólo queda la planta baja, con una portada de arco peraltado, cuyas jambas conservan pequeños nichos, uno de ellos conserva restos de azulejos policromados en el suelo y las enjutas labor de yeso representando tallos y hojas.

Torres Balbás suprimió muchas ventanas a la
calle con el objetivo de destacar que la casa, con 
quien se relaciona es con el patio y no con la calle

Proyecto de obras de reparación de la
Casa de los Girones por Torres Balbás 



Entre la parte superior de la portada y alfarje de la galería se conserva una franja de yeserías geométricas con lazo de ocho, extendiéndose a lo largo de todo el pórtico, siendo la sala contigua, orientada al sur y la que sería la principal por sus dimensiones de altura, la que conserva más restos decorativos.

El portico sur estaba decorado con yeserías en la parte superior
con formas geométricas de lazo de ocho
Detalle de decoración nazarí en el 
patio exterior de la casa

Sobre el arco de acceso hay tres ventanas con celosías, separadas por columnillas, con labor de rayas en espiral y, en la central una inscripción en caracteres cúficos: "Dios es el refugio" y, en las fajas de yeso que completan la decoración, estas otras: "Alabanza a Dios por sus beneficios. -¡Oh, esperanza mía, oh, confianza mía, tú eres mi esperanza, tú eres mi tutor, sella con el bien mis obras". Por lo alto del muro de la sala corría un friso, del que quedan restos, con adornos e inscripciones en yeso tallado, como todo lo demás, sus caracteres coinciden con los de la decoración del Cuarto Real de Santo Domingo, por lo que deben pertenecer a la misma datación, marcando la fase inicial del arte nazarí, en cuanto a arte doméstico se refiere.

Sobre el alfiz, tres ventanitas con celosías, enmarcadas
por cuatro columnillas que decoran sus fustes con estrías
en espiral. En fajas de yeso que completan la decoración
se puede leer: "Alabanza a Dios por sus beneficios.
Oh, esperanza mía, oh confianza mía. tu eres mi
esperanza, tu eres mi tutor, sella con el bien mis obras"

En la celosía central aparece esta inscripción en
caracteres cúficos: "Dios es el refugio"

A través de estas celosías entraba la luz tamizada cuando el antiguo portón de madera que guardaba esta sala era cerrado. Al cruzarlo se encontraban dos tas, siendo la única original conservada la que esta situada en la jamba derecha y que aún conserva azulejos policromados en su base y enjutas labor de yeso representando tallos y hojas.

Acceso a la sala principal de la planta inferior

Azulejos policromados nazaríes originales que aún conserva
el interior de la taca derecha

La taca derecha es la única original de las dos de la portada
de la sala principal, presentando enjutas labor de yeso con
motivos vegetales y que posiblemente estuvieran policromadas
El arco de acceso a la sala principal es angrelado, con atauriques en las albanegas, compuestos por palmetas digitadas y floreadas. Las yeserías, talladas en yeso oscuro, conservan restos de policromía en rojo, verde, azul y negro. El intradós cuenta también con una cenefa de entrelazados.

Decoración de yesería del arco angrelado de la sala principal

Fragmento de yesería del arco de entrada, donde aún se
distingue restos de policromía, principalmente en los dibujos
en negro con motivos vegetales

Decoración de yesería de la cara interna de la sala principal

Por lo alto del muro de la sala sur corría un friso del que sólo
quedan restos, con adornos e inscripciones en yeso tallado
Los caracteres cúficos de la decoración coinciden con los del Cuarto Real, por lo que puede fijarse la fecha de construcción en la mitad del siglo XIII, en los albores del reino nazarí de Granada. Estos restos se completan con pinturas murales al temple conservadas en la sala de la crujía nordeste, situadas a 2,37 metros sobre el suelo, quedando el espacio vacío reservado a la colocación de tapices.

Torres Balbás restauró la casa en 1930
recuperando y conservando los elementos
originales nazaríes de la casa





La composición de estas pinturas murales sobre la que se alternan medallones y motivos piriformes de carácter persa, muestran un gran parecido por su diseño y técnica con otras muestras conservadas en la Casa de Zafra y el Corral del Carbón.

En la galería externa de la segunda planta existe también restos
en grafito que representa una embarcación


Por último destacar su localización, en la calle Ancha de Santo Domingo, porque este tipo de vivienda se hallaba con más frecuencia en el Albaicín -como la Casa de Horno de Oro o la Casa de Zafra- que en esta parte de la ciudad, conocida en época nazarí como el barrio de Aixibín, en la medina baja, junto a la finca propiedad de la familia real llamada la Almijara o Almanjara, muy próxima a la muralla zirí que circundaba la ciudad por el sureste, cercana también a la Puerta de los Alfareros o Bab-Alfajjarin.

Actualmente pertenece a la Junta de Andalucía (alberga el Instituto Andaluz de la Juventud) y únicamente se puede visitar en horario de oficina, un horario que se restringe a los días de entre semana, aunque sin poner ninguna pega en hacerlo e incluso te permiten fotografiar su interior. Anteriormente fue  sede del Festival de Música y Danza de Granada.

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