Puerta de la Justicia

Esta puerta aparece inmortalizada en el retablo mayor del
altar de la Capilla Real de Granada en la salida de Boabdil.

Puerta de la Justicia iluminada 
por la noche


Alzado del patio, puerta principal y
sección de la Torre de la Justicia
por Francisco Prieto Moreno

De las cuatro puertas exteriores del recinto palatino amurallado (dos en el lado norte y otras dos en el sur), la Bab al-Sharia o Puerta de la Justicia o de la Explanada -por la amplia llanura que se extendía ante ella, hoy recubierta en parte por el espesor del bosque y en la que tenían lugar magnas celebraciones- es la más monumental, habiéndose convertido en uno de los símbolos de la Alhambra. También es la única entrada a la Alhambra que se conserva en uso desde época medieval, demostración de que los arquitectos nazaríes no sólo fueron virtuosos decoradores, sino grandes constructores. Los alarifes nazaríes podían combinar la ruda resistencia de una puerta defensiva, libre de adornos y colores, con una construcción bellísima, describiendo la perfección de la técnica andalusí.


En el occidente islámico, Sharia es sinónimo de musalla u
oratorio al aire libre para plegarias colectivas, por lo que
se le ha venido otorgando ambos apelativos

Por sí misma, esta puerta está cargada de simbolismo desde que fuera mandada edificar en 1348 por el rey Yusuf I (monarca que construyó también la Puerta de los Siete Suelos, por lo que tienen características comunes), aunando intereses militares, civiles y rituales. Además de su función estructural, posee uno de los valores simbólicos islámicos más destacados de la Alhambra: la mano (que los musulmanes llaman al-Hamza, los cinco), que significa los cinco preceptos de la ley musulmana, representada en la clave del gran arco exterior y la llave con borla reproducida encima del arco interior de entrada, símbolo de la fe y se especula que emblema de la casa real nazarí. Se ha especulado mucho sobre la representación de ambos elementos en una misma puerta, considerándose una metáfora del poder nazarí y atestiguan la duplicidad de su carácter real como cabeza política y religiosa del emirato, en el que la sharia y la sunna eran códigos legislativos únicos, sin separación posible entre lo civil y lo religioso.


En la imagen, la mano o yad es sinónimo de la gracia y el
beneficio, conceptos que se reiteran en la Alhambra, así como
la llave o miftah posee valores coránicos de protección y
entrada a un recinto sacralizado

"Quiera Allah que nunca llegue la mano de su arco exterior coger la llave de la puerta interna, pues si así fuera la Alhambra vería su ruina"

Según la leyenda popular, cuando la mano toque la llave, la
Alhambra habrá caído y llegará el final de los tiempos


Su carácter áulico y monumental, su imponente masa y sistema defensivo, la convirtieron en símbolo inequívoco del poder de los Reyes nazaríes, y por tanto, la entrada idónea para selectos visitantes y embajadores ante la corte nazarí. También como escenario de recepción de sultanes, acompañados por sus unidades militares de élite tras triunfales campañas bélicas; desfiles; fiestas y otros eventos, función que se mantuvo tras la conquista, y en su explanada se siguieron realizando las recepciones previas a las tomas de poder de los gobernadores de la Alhambra, por lo que a menudo fue empedrada. Como su nombre árabe indica, pudieron celebrarse también delante de ella reuniones del tribunal de justicia alhambreño, encabezado a veces, en casos señeros y especiales, por el propio monarca nazarí, e incluso ejecuciones sumarísimas, ejemplarizantes y destinadas a amedrentar al pueblo.

En origen, la torre de la Puerta de la Justicia 
estuvo almenada pero en 1587, esas almenas 
fueron sustituidas por Juan de Minjares por
un parapeto de piedra de las canteras de Alfacar

James Cavanah Murphy, 1813
Detalle de las almenas de la Puerta de la Justicia 
y del mirador situado a su derecha


Las murallas de la Alcazaba de La Alhambra se enlazaban con las murallas de la zona áulica por el sur a través de la Torre de las Rozas y de la Puerta de la Justicia lugar por donde se accedía al interior de la medina, siguiendo su flanco oriental, el que constituían la Puerta del Vino y la torre de Mohammed, continuando por el alargado frente norte hasta alcanzar la Torre del Agua, hasta finalizar el recorrido de la muralla y sus torres con el flanco sur hasta regresar, tras algo menos de un kilómetro y medio, de nuevo a la Puerta de la Justicia. Esta muralla era doble, al menos en la zonas más expuestas, con un foso interior o camino de ronda entre ellas, que servía de paso a los visitantes que accedían al interior de la fortaleza controlados desde los adarves y torres, constituyendo ese foso una especie de circunvalación que evitaba el denso tráfico de las estrechas calles de la medina a la que se accedía desde él por caminos radiales, mientras que en la zona áulica, ese foso era sustituido por un pasillo subterráneo, por donde podían desplazarse por debajo de los palacios, los servidores o la guardia sin molestar a la familia real.

Camino de ronda de la guardia a su paso
junto a la Puerta de la Justicia


Los sillares que refuerzan las esquinas del umbral de acceso trabando alternativamente las hiladas sucesivas de cada testero y su continuación con el alfiz superior realizado en ladrillo. Todo este simbolismo, elementos decorativos, la convierten en la estructura defensiva y arquitectónica más rica y compleja de la muralla de la Alhambra.

Dibujo coloreado del alzado de la Puerta de la Justicia

La puerta cuenta con un gran pórtico de entrada (tal vez quisieran los mandatarios que fuera un lugar de celebraciones) que conduce a tres tipos distintos de bóveda, siendo la primera de arista alargada, la segunda de cúpula y la última de aristas tradicionales. 

En las cuatro columnas adosadas, los capiteles profesan
la fe musulmana o Shahada y enmarcan el portón
de la entrada que ha conservado sus
hojas chapadas y demás herraje originales,
reparados en 1676 por el armero mayor de
La Alhambra, Miguel Escribano

Grabada en dos losas de mármol con grandes y esbeltos caracteres cursivos dispuestos en dos lineas de escritua, la inscripción informa al visitante sobre le nombre de la puerta para proclamar posteriormente el nombre del rey responsable de la construcción y que recuerda a su padre, Ismail I, así como la fecha de la fecha de finalización de la obra -entre el 30 de mayo y el 28 de junio de 1348- presentando la puerta como un dispositivo protector y gran obra piadosa. Su terminación en la Natividad del Profeta (el Mawlid) es significativa, como sucediera con la construcción del Mexuar, que celebraban con recitaciones poéticas, banquetes y ejercicios espirituales. La transcripción de la misma dice así:


Decoración de paños de sebka en azulejos, así como
detalle de la inscripción fundacional en mármol
policromado, que advierten al visitante de la
grandeza, generosidad, poder y justicia
del rey nazarí, haciéndole sentir pequeño
ante tanta majestad 

Ordenó construir esta puerta, llamada Bab al-Sharia -¡Dios haga venturosa con ella la  Ley del Islam y en motivo de gloria permanente a través de los tiempos la convierta!-, nuestro señor el Príncipe de los Musulmanes, el rey justo y combatiente Abu l-Hayyay Yusuf, hijo de nuestro señor el rey venerado y combatiente Abu al-Walid den Nasr -¡Dios recompense en el islam sus otras virtuosas y acepte sus esforzadas hazañas!-. Y esto pudo concluir en el mes del excelso Nacimiento del año 749. ¡Que Dios en dispositivo protector la transforme y entre las eternas obras pías la consigne!
En el segundo arco de entrada, se organizan con
gran sensibilidad y armonía una serie

Al poco de la conquista, respetando en parte la decoración nazarí, se añadieron nuevos elementos decorativos de carácter religiosos cristiano: una estatua de la Virgen María con el Niño, obra del maestro Ruperto Alemán, situada sobre su arco principal que, como era costumbre en la época, era iluminada por una lámpara que se mantenía encendida constantemente (justamente detrás del nicho de la estatua hay un receptáculo estrecho y profundo, accesible únicamente desde la vivienda del piso alto de la torre, cuyas paredes aparecen embadurnadas y desprenden olor a combustible, por su uso como almacén del combustible de esa luz constante). La imagen fue restaurada en 1558 por Luis Machuca y su original se conserva hoy en el Museo de Bellas Artes de la Alhambra.


Bajo la Virgen y el Niño de Roberto Alemán (cuyo original se
 conserva en el Museo de Bellas Artes de Granada) y sobre la
 llave islámica, mandada colocar por los Reyes Católicos, se
encuentra la gran lápida con la inscripción fundacional de la puerta

Planta de la Puerta de la Justicia con su esquema
defensivo; en su interior destaca un pasillo en zig-zag
complicando la ofensiva del enemigo

Planta de la Puerta de la Justicia

Pasillo de acceso en triple recodo ascendente

Desde la conquista cristiana, esta fue la puerta
principal de la fortaleza a la que se accedía por 
la llamada cuesta Empedrada, hecha por los
Reyes Católicos, al poco de la conquista,
y en ella se fijó el cuerpo principal de
guardia de la Alhambra, manteniendo
esa función desde 1492 hasta 1860

Entre el gran arco exterior y el portón de la entrada queda un espacio a cielo abierto o buhedera que servía originalmente para, desde arriba, hostigar al eventual asaltante arrojando piedras u otros materiales. También a modo de defensa, y como es característico en las puertas nazaríes, el interior se desarrolla en doble recodo, salvando un pronunciado desnivel.

En el piso superior, se desarrollaba una vivienda con
habitaciones abovedadas que debió de estar ocupada
por el jefe militar responsable de la custodia de la Puerta.


Parte superior de la Torre de la Justicia con el acceso a la vivienda que habría en la parte superior destinada
a la guardia permanente y que recientemente
ha sido restaurada para su uso como
espacio de ocio dentro del programa
cultural del monumento

Sin embargo, en época cristiana no tuvo la función de puerta de acceso para coches o carrozas, que accedían al interior de la fortaleza por la puerta del Carril, hoy llamada de los Carros, que se abrió en la muralla para la construcción del Palacio de Carlos V.

Esquema de la Puerta de la Justicia

Ejemplo de bóvedas que recubren el interior 
de la Puerta de la Justicia

Aún se conservan en la parte superior de los muros los
soportes o perchas destinados a que la guardia depositara
las armas, picas o lanzas.


Tras el arco interior se encajan los portones revestidos de
placas de hierro para evitar su incendio, que
conservan el cerrojo y los tres pasadores originales

La Puerta de la Justicia esta dividida en tres espacios separados
por arcos de herradura apuntados, y provista de bancos para el
descanso de la guardia nazarí que la custodiaba.

La solución de utilizar diferentes cubiertas también es típica de la arquitectura nazarí: bóvedas de arista, de cañón con lunetos y esquifada, así como el uso de cúpulas pintadas simulando aparejo de ladrillo rojo, también característico del arte almohade.

Bóvedas de aristas encadenadas del habitáculo
de la guardia de la Puerta Principal

Esta placa, en el interior de la Puerta de la Justicia, conmemora
la primera misa celebrada tras la conquista
de Granada en 1492, junto a la Ermita de San Sebastián
Según puede leerse: "Los muy altos, católicos y muy poderosos
señores Don Fernando y Doña Isabel Rey y Reina nuestros
Señores conquistaron por fuerza de armas este reino y
Ciudad de Granada; la cual, después de haber tenido
S.A. sitiada mucho tiempo, el Rey moro Muley Azen la
entregó con su Alhambra y otras fuerzas a dos días de
enero de mil cuatrocientos noventa y dos años. Ese
mismo día S. S. A. A, pusieron en ella por su Alcaide
y Capitán a D. Iñigo Lopez de Mendoza, Conde de
Tendilla su vasallo; al cual, partiendo S. A. quedar
en sus casas en la ciudad y su alcarias. Como primer
comandante dicho Conde, por mandamiento
de S.A. hizo hacer este Algibe.

Vista de la conocida como "la correleta", un amplio pasillo
donde, en caso de asalto a la fortaleza, se alinearían los jinetes
nazaríes para contraatacar; el pasillo se encuentra en pendiente
para dificultar aún más el ataque de posibles invasores

A diferencia de la Puerta de los Siete Suelos,
la Puerta de la Justicia tiene un acceso principal 
en ángulo recto a la cortina de murallas, lo
que facilitaba mucho su defensa 

Segunda puerta al final del túnel 





La fachada de la puerta que da al interior de la muralla conserva parte de la decoración original en las albanegas del arco de herradura, que muestra una red polícroma de rombos cerámicos, esmaltados en blanco y azul. Una vez franqueada la puerta interior se presenta "la corraleta", es decir, un amplio pasillo donde se alineaban los jinetes esperando ser lanzados al contraataque. Por esta razón están construidos en rampa todos los corredores de la puerta. A la derecha de la puerta misma hay un camino de ronda que se extendía a todo lo largo de la muralla de la Alhambra, unas veces cubierto y otras al raso, pero lo suficientemente alto como para poder hacer las rondas a caballo.

Aspecto de la fachada interior de la Puerta de la Justicia
de La Alhambra que conserva parte de la decoración
nazarí en las albanegas del arco de herradura

Camino de ronda o de vigilancia sobre
las murallas de La Alhambra a su
paso por la Puerta de la Justicia


Red cerámica de rombos esmaltados en
azul y blanco que se muestra en este
detalle de las albanegas del arco
interior de la Puerta, similares
a los del lado exterior mostrado
en otra imagen más arriba

En 1858, Rafael Contreras inició la restauración y
el arreglo del arco exterior de la segunda puerta,
entonces cubierto y mutilado, liberando sus enjutas
hechas de esmalte sobre relieves de arcilla con
ladrillo agramilado rojo formando festones




Parte superior de la Puerta de la Justicia;
 se trata de una torre de planta rectangular
unida por uno de sus costados a la muralla
de la ciudad aristocrática y es sin duda la
puerta más importante del monumento alhambreño

En el piso más alto De la Torre hay una vivienda que fue usada como residencia del alcaide de esta puerta Principal o torre de la Guardia, encargado del control de los accesos a la fortaleza hasta mediados del siglo XIX. Tras la conquista cristiana, el alcaide era ayudado por dos porteros cuya misión consistía en abrir y cerrar la puerta en las horas marcadas y el control exhaustivo y complicado de las personas que entraban y salían, salvo que fueran residentes en la fortaleza, incluso a los trabajadores o abastecedores de las obras. En ese mismo puesto de guardia había un pequeño calabozo, donde cumplían penas cortas las personas que infringían levemente las ordenanzas de la Real Fortaleza.

Es, en fin, una obra que nos adelanta los tesoros arquitectónicos que vamos a encontrar en el interior de la Alhambra.

La Puerta de la Justicia presentaba un estado
de suciedad generalizado, depósitos de excrementos
de aves, capas de espesor variable, graffitis, así
como múltiples arañazos y picaduras.
Resultado de la restauración de la puerta

Vista interior de la Puerta de La Justicia; la puerta enrejada
de la izquierda da paso al camino de ronda de la guardia

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