Cuarto Real de Santo Domingo (Yannat al-Manyara)


Al sur del Arrabal de los Alfareros, barrio que nació de la necesidad de ampliar la ciudad al sureste, se encontraban cinco huertas pertenecientes algunas a miembros de la familia real nazarí como la mayor de ellas conocida como la Yannat al-Manyara al-Kubra o Huerta Grande de la Almanjarra (o Palacio de la Almanjarra) de la que era propietaria la reina Aixa, esposa de Muley Hacén y madre de Boabdil. Junto a esta Almanjarra Mayor se encontraba la Almanjarra Menor, propiedad del alcaide Monfarrax. Estas haciendas lindaban, de una parte, con la calle del Rabad o barrio de al-Fajjarin, extendiéndose hasta la carrera del Genil y, por otra parte, con las murallas de la ciudad, que bajaban desde la Puerta del Pescado hasta Bibataubín (en 1493 se añadieron a la propiedad las huertas de Yannat al-Ta'ibin, al oeste de las anteriores y que habían pertenecido a Morayma, esposa de Boabdil).

El convento de Santo Domingo fue fundado por los
Reyes Católicos el 20 de marzo de 1492 donando las
extensas huertas de Almanxarra mayor,
Almanxarra menor y Genianataubín

Se desconoce si este mismo torre-palacio
pudo ser Dar al-Bayda' o Casa Blanca


El Cuarto Real de Santo Domingo servía a los reyes
nazaríes para recogerse en él los días de Ramadán


Probablemente, el Cuarto Real de Santo Domingo, sea el
palacio nazarí más antiguo conservado, precursor de los que
se construyeron posteriormente en La Alhambra, situándolo
en un  lugar destacado dentro de la arquitectura residencial hispanomusulmana

Visitas teatralizadas al Cuarto Real de Santo Domingo


En medio de estas huertas (que ocupaban hasta la llamada Plaza de los Campos) se encontraba una torre-palacio que, a decir por las inscripciones grabadas en su interior, puedo haber sido utilizado por los monarcas nazaríes como lugar de retiro espiritual durante el Ramadán. Sin embargo muchas son las incognitas que rodean a estos muros, como que en dicha epigrafía no existe referencia a ningún monarca, por lo que también se puede suponer que pudiera pertenecer a una ilustre familia sin parentesco con la realeza. Mientras que falten datos concluyentes, parece oportuno pensar que se trata de una obra nazarí, realizada bajo el mandato de Mohammed II (1273-1302), según propuso Gómez-Moreno y posteriormente Torres Balbás.

El palacio nazarí se encuentra rodeado por un edificio del
siglo XIX que constituyó una residencia privada tras pasar
de ser convento, siendo siempre una edificación que
contaba con jardín y huerto desde sus orígenes

Los tres elementos más significativos de esta obra arquitectónica sería la qubba, una alberca frente a ella y
entre ambas un pórtico que ha desaparecido

La qubba se encontraba ubicada dentro de una torre defensiva de la muralla exterior del Arrabal de los Alfareros
y su elevada posición con respecto al terreno situado
 extramuro (como se puede observar en la imagen) proporcionaba hermosas vistas sin perder intimidad

Salvo la linterna del edificio, construida en
ladrillo, el resto se compone de argamasa

Hablar del Cuarto Real de Santo Domingo es referirse a una gran torre con salón en su interior del tipo llamado qubba (cúpula), un espacio de planta cuadrada de 7 metros de lado y esbeltas proporciones, cubierto por un techo no plano, relacionado más con el descanso ocasional que a una residencia permanente, al menos es lo que cabe deducir por el reducido espacio habitable. 

La estancia cuadrada eje del Cuarto Real de Santo Domingo contaba con alhanías laterales como la de la imagen superior

Las jambas del arco de entrada al edificio
cuenta con un zócalo cubierto por
azulejos vidriados de alicatados
en dorado, situados bajo las impostas de
mocárabes y bajo las mismas, inscripciones
epigráficas con tramas geométricas
en caracteres cúficos enlazados,
con la inscripción: "Di: Dios es único"


Decoración de ataurique en el
interior del arco de entrada a la qubba


Tras pasar un arco peraltado sobre impostas de mocárabes se accede al interior de la qubba. Sus albanegas eran lisas, tan sólo decoradas por una estrella de ocho puntas con caligrafía cúfica, mientras que las interiores están cubiertas por decoración de ataurique.


El acceso está coronado por una enorme ventana geminada construida en el siglo XIX

Frente al arco de acceso a la qubba, el lado sur, cuenta con una decoración mucho más rica, contando con tres balcones abiertos en el muro, siendo el central mucho más ancho que los laterales. Este balcón central está enmarcado por un arco ciego muy esbelto, mientras que los laterales son peraltados. La decoración se completa con paños de yeserías con inscripciones cúficas, ricos alicatados y zócalos.

Estampa de “Monumentos Arquitectónicos de
España” con los Alicatados del Cuarto Real de
Santo Domingo (Granada) por José María Rubio
y José María Ramón 1859 - 1881


Este estuco pintado con decoración de estrellas
procede del Cuarto Real de Santo Domingo
aunque se conserva en los almacenes del
Museo de La Alhambra

Decoración en estuco del interior del
Cuarto Real de Santo Domingo

Frente al arco de acceso se encuenta el muro sur,
representado en esta imagen donde se pone en
evidencia su rica decoración

Aún se conserva la policromía que decoraba
las yeserías que recubren sus paredes que fueron
talladas y no realizadas a molde, lo que le da
una gran variedad ornamental

Detalle de los alicatados de las ventanas, este
pertenece a la central y a sus semicolumnas,
con tramas geométricos

Alicatado nazarí en el Cuarto Real


Restauración de los alicatados


Diferentes patrones de alicatados
en el Cuarto Real

Alicatado nazarí 

Los dos paramentos laterales cuentan con tres vanos abiertos en la pared: un gran arco central flanqueado por sendos huecos adintelados en los laterales. Estos huecos adintelados han llegado  a la actualidad cegados, pero todos los estudios realizados, así como grabados del siglo XIX, aseguran que sería una suerte de armarios o alacenas cerrados por puertas, mientras que los centrales darían acceso a alhanías o alcobas.

Los armarios o alacenas laterales son adintelados
y cuentan con una decoración en la parte superior
compuesta por paños de sebka o rombos

Los cuatro paramentos o muros interiores muestran rasgos similares entre sí, contando de abajo a arriba con una franja de inscripciones cúficas primero, seguido de una linterna formada por cinco ventanas con celosías y paños de atauriques entre ellas, una faja estrecha de inscripciones en letra cursiva donde se lee la jaculatoria "Dios me basta". Finalmente un ancho registro de estrellas de ocho puntas dentro de grandes octógonos.




Detalle de la decoración superior visible en cualquiera de los
cuatro paramento que forman la qubba; la franja perimetral de
madera está tallada con arquillos lobulados


La armadura del techo, tal vez la más antigua conservada del
arte nazarí, fue realizada en madera de pino, cedro y quejigo,
muestra aún buena parte de su policromía original


Detalles de la armadura nazarí del
Cuarto Real de Santo Domingo

Ya en el exterior, cabe destacar dos elementos: la alberca y el pórtico. Según las excavaciones arqueológicas realizadas, el recinto contaba con una alberca octogonal de 1.45 metros de lado, cuyo centro distaba poco más de ocho metros de la fachada de la qubba


Los restos que se observan corresponden a un andén o pasarela que pudo servir como pasillo de conexión de la qubba con el jardín y con otras dependencias palaciegas.


Estructuras militares de época almohade (1145-1232)

Los subterráneos del siglo XIII, abovedados ubicados bajo el palacio islámico del Cuarto Real de Santo Domingo pudieron formar parte de un camino de ronda de la muralla (según una primera hipótesis), un pasadizo interior similar al que hay bajo la torre de Comares en la Alhambra, pero las últimas excavaciones arqueológicas lo relacionan con una zona subterránea de almacenamiento y aljibes construida en época almohade y reutilizada por los nazaríes.


Subterráneo del siglo XIII en el Cuarto Real

Almacenes y aljibes almohades que fueron
reutilizados por los nazaríes 

Restos arqueológicos del siglo XIII



Tras la conquista, además de la utilización de la qubba como capilla, fueron demolidas el resto de estancias palaciegas islámicas, el pórtico y el jardín. Los solares resultantes se destinaron a huertas hasta el siglo XIX. 


Tras ser enagenado con la exclaustración de 1835,
el Cuarto Real recibirá un trato relativamente 
benigno, pues con el paso de los años quedará
incorporado como salón a una casa particular


La alberca octogonal apareció dispuesta cobre una
plataforma con pavimento, mientras que sus paredes
y suelos estaba compuesta por cerámica sin vidriar

A finales del siglo XX apareció el trazado
del jardín original que confirmó la existencia
de un andén central y otros perimetrales que
componían un jardín dividido en dos grandes
arriates, sin aparecer vestigios de otro que
formase un crucero en el centro

Legajo que recoje la compra por parte de
los Reyes Católicos del palacio de Almanxarra
futuro Cuarto Real de Santo Domingo,
en el mismo año de la conquista de Granada
con objeto de fundar el Convento de Santa
Cruz la Real


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