Espada de protocolo de Mohammed V

A lo largo del siglo XIX se encontraron y catalogaron numerosas piezas artísticas andalusíes de incalculable valor artísticos que hasta el momento no se le había dado merecido valor, y aunque con el tiempo muchas han desaparecido, otras pasaron a formar parte de museos públicos. Según avanza las centurias, estos hallazgos se han hecho más esporádicos.

A comienzos del siglo XXI fue descubierta esta espada de valor no sólo artístico, sino histórico: la espada de Mohammed V. Esta espada forma parte de la colección privada de arte musulmán al-Furusiyya -furusiyya es la palabra que designaba a los ejercicios militares y ecuestres que realizaban los ejércitos musulmanes durante la Edad Media para luchar contra los cruzados cristianos- y se deduce que perteneció al rey nazarí Mohammed V por la inscripción en elegante letra árabe cursiva que aparece en cada lado de la misma. De hecho formaría parte de la parafernalia protocolaria que se intensificó de manera desmesurada bajo el reinado de Yusuf I, su padre, y particularmente con Mohammed V, sobretodo en su segundo reinado.

Con 80,5 centímetros de longitud y 3,4 centímetros
de anchura, la hoja nazarí cuenta con una empuñadura
moderna que imita un modelo español de mediados
del siglo XVI, desconociéndose el paradero del
original que sin lugar a dudas sería de gran valor

En ambos cuños, en la parte superior de la hoja, aparece destacada la marca del artesano, inscrita en un círculo, un tal Fath. Sin embargo, aparece más desdibujado el escudo de la banda nazarí, en el que se puede leer el inicio del lema de la familia real nazarí wa-la-galib (no hay vencedor...) y sobre la inscripción aparece lo pudo ser una marca de propiedad en caracteres castellanos, por ahora indescifrables.

Inscripción de la cara A de la espada de protocolo de Mohammed V
En la cara A de la hoja aparece inscrito con las fórmulas habituales de la Corte nazarí para exaltar la figura regia: 

"En el nombre de Dios el Clemente, el Misericordioso//
No hay más Dios que Dios todo el poder es de Dios//.
Dios es el mejor protector y el más misericordioso de los misericordiosos//
Año 747 de la Hégira (1346), mi señor el sultán, hijo de mi señor 
el sultán el combatiente de la fe, el justo, Abu Abd Allah 
Muhammad Hijo de al-Nasr -ayúdele Dios y protéjale-//
Te hemos concedido una clara victoria. Para perdonarte
Dios tu pecado, pasado y futuro" (Corán, 48, aleyas 1 y 2)

No hay explicación a que la inscripción indique 747 de la Hégira, 1346 dC, cuando Mohammed era príncipe heredero, contando con ocho años de edad, y no rey (fue coronado en octubre del año 1354), aunque en la propia inscripción de la espada le considera sultán ¿tal vez tendría este título antes de ser coronado? ¿Qué hace un niño de ocho años con una espada de tal tamaño? Según el Doctor en Historia Medieval Virgilio Martínez Enamorado (aquí podréis descargar su trabajo), probablemente le fuera entregada al joven infante en la fiesta de su circuncisión o jitan como un presente como era habitual.

En cuanto a la utilización de este pasaje coránico, es uno de los más utilizados en la arquitectura nazarí como aparece en el Cuarto Real de Santo Domingo en tres ocasiones, en la Puerta del Vino y en el patio del Generalife, en un arrocabe de madera junto a la galería. 

La frase "ayúdele Dios y protéjale" que aoarece detrás de la empuñadura de la pieza es una de las más habituales presente en las monedas de la época.

Inscripción de la cara B de la espada de protocolo de Mohammed V


En la cara B:

"¡Bendito Quien te dio mando en sus siervos.//
y en ti gracia y favor al Islam hizo!//
De mañana si a un pueblo vas de infieles,//
eres dueño a la tarde de sus vidas.//
Con dogal de cautivos, tus palacios//
te levantan después como albañiles.//
A espadas y a la fuerza en Algeciras//
entraste abriendo puerta antes cerrada.//

La fórmula "Bendito quien..." es frecuente encontrarla en la epigrafía poética de la Alhambra, así como la similitud con el texto inscrito en el Patio de los Arrayanes: "A espadas y a la fuerza en Algeciras entraste abriendo puerta antes cerrada."

Desde los primeros tiempos del arte islámico es frecuente el empleo de espadas regias con panegíricos como símbolo de poder. Además se tiene constancia de que los reyes nazaríes tenían predilección de acompañar las armas con qasidas laudatorias hacia su persona (Yusuf III mandó grabar un poema en la vaina de una espada como recoge su Diwan). Probablemente, estos trabajos especializados fuera competencia de la Secretaría de la Corte nazarí, en particular textos destinados a objetos suntuarios de la realeza, encargados por parte del gobernante o como regalo destinado al mismo por miembros cercanos al círculo de poder.

En la Corte nazarí se fue dotando a estas espadas ceremoniales de un mayor protagonismo, llegando en ocasiones a contar con un nombre propio o a su sacralización, incluyéndose entre los símbolos de su soberanía y legitimidad, junto con el turbante, el cetro de mando fabricado para su padre, la túnica real o jil´at al-mulk y el trono.

Como en la imagen, inspirada en las pinturas del Palacio
de los Leones, los reyes nazaríes vestirían estas espadas
protocolarias o bien suspendida del hombro por dos
cintas de seda de colores, con abrazaderas de metales
esmaltados, o unidas al arzón de la silla de montar
como aparece en las pinturas del Partal

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