Repercusión de la Toma de Granada en el Mundo

La Toma de Granada habría sido una noticia que
hoy en día habría estado llenando horas y horas de
 programas de radio y televisión y
ocupando portadas de periódicos. 

La Toma de Granada, hace 525 años, fue seguida con expectación por todas la ciudades de entidad en España y de alcance universal, no sólo siendo un acontecimiento decisivo para la historia de la Península, sino que toda Europa lo vivió en aquel año de 1492 como una noticia formidable. El carácter de cruzada que tuvo la guerra de Granada y su conquista por los Reyes Católicos convirtió la ocupación de la Colina Roja en símbolo incontestable de la victoria cristiana sobre el Islam y del afianzamiento de la monarquía y el nuevo concepto de Estado que representaban Isabel y Fernando. Castilla siempre miraba a Granada como un posible territorio para expandirse y como la motivación de cruzadas que les permitían conseguir rentas del papado, aunque las convocatorias de guerra santa contra el Islam en el siglo XV fueron escasas:

  • la ofensiva del infante Don Fernando como regente del reino de Castilla, que condujo a la toma de Antequera (1407 – 1411)
  • la campaña de La Higueruela liderada por Álvaro de Luna en nombre de Juan II (1431)
  • la campaña contra la vega granadina encabezada por Enrique IV (1455-1457)

En la Europa del momento fue una inyección de optimismo para la cristiandad después de la conmoción de la toma de Constantinopla por los turcos en 1453. Una oleada de entusiasmo recorrió el continente, inspirando celebraciones y una importante serie de obras compuestas a gloria de los monarcas que ensanchaban el mundo cristiano. Ya en el mismo carnaval de Florencia de 1492 se presentaron obras y poemas a los que siguieron farsas musicales representadas en Nápoles: "La presa di Granada", "Il Triompho della Fama" de J. Sannazaro

Igualmente por el Estado Vaticano, que felicitó a los Reyes Católicos por tan grandiosa empresa; en Roma lo festejaron con una procesión que duró tres días organizada por el Papa, así como festejos profanos como la comedia en latín "Historia Baetica" de Carlo Verardi, y poemas épicos que durante siglos se mantendrán en el imaginario europeo. Desde el siglo XIV, la ciudad de Granada era considerada por el orbe cristiano como "Fetidam nationem" por ser musulmana. De ahí el júbilo que tras su conquista e integración en el mundo occidental cristiano y católico manifiestó la Santa Sede.

El nombre de Granada, independientemente de la naturaleza del hecho histórico, y a causa del mismo, tiene una proyección universal tanto en Occidente como en Oriente. En el Reino de Nápoles, por ejemplo, se creó ex profeso una obra teatral cuyos personajes eran la Alegría, el falso profeta Mahoma y la Fe y que fue representada en todas partes. En Londres, en la abadía de Westminster, el Canciller de La Corona convocó a una multitud al toque de las campanas y anunció solemnemente la victoria de los cristianos sobre los musulmanes.

Hasta en la Catedral de Westminster, Londres,
se celebró la Toma de Granada en 1492


El Reino de Granada, era considerado en su época una potencia importante, y por eso fueron necesarios diez años para conquistarlo. Su importancia radicaba en un territorio que abarcaba la mitad oriental de la actual Andalucía, con 300.000 habitantes, suelo agrícola, con largas costas y una posición privilegiada en el Mediterráneo. Los reyes nazaríes, desde el siglo XIII, rey tras rey, mantenían la integridad de su territorio con el pago de parias, mientras que por otro lado se aseguraban la amistad con sus hermanos musulmanes del norte de África.

Pero por culpa de las luchas dinásticas de la familia nazarí, el reino se debilitaba, sobre todo después del siglo XIV. Así con la llegada de los Reyes Católicos, los dos reinos más poderosos de la península Ibérica, se unen con el ideal de las Cruzadas, convirtiéndose la Toma de Granada en una obsesión.

No se trató de una guerra fácil. Para empezar a los reyes Fernando e Isabel no les sobran las tropas y el combate sobre el Reino de Granada lo llevaban las huestes señoriales de Andalucía que habían ido ocupando territorios fronterizos. Además, la orografía del Reino de Granada, con las montañas y sierras impiden una batalla campal, por lo que se centrará sobre todo en asedios a fortalezas, combinadas con correrías en campo enemigo en primavera y verano. Al llegar el otoño y el invierno, se repliegan y se retiran de nuevo, por lo que esta guerra duró diez años.

Mientras los nazaríes resisten con alguna comodidad, pero la enemistad a muerte en el interior de la familia real entre Muley Hacén y Boabdil, y posteriormente contra su tío El Zagal. Fernando el Católico convenció a Boabdil para que rinda el Reino de Granada a cambio de grandes señoríos pero bajo dominio cristiano. Finalmente El Zagal es vencido y emigra a Argelia, pero Boabdil incumple el contrato, presionado por sus correligionarios, que son partidarios de continuar la guerra, intentando sublevar a los musulmanes que aún viven en los territorios controlados por los Reyes Católicos.

Visto que Boabdil entra en la defensiva, Fernando el Católico prepara el asedio de la capital, Granada. Rodean la ciudad y levantan el campamento en el actual municipio granadino de Santa Fe, con el objetivo de rendir la ciudad por hambre. Los habitantes de la ciudad, las semanas anteriores a la rendición, se comieron a los caballos, a los perros, a los gatos y finalmente a 260 prisioneros cristianos, según un manuscrito de la época descubierto por José Gómez Soliño, profesor de la Universidad de La Laguna (Tenerife).

Sin embargo no fue fácil para los Reyes Católicos el dominio efectivo de su capital, Granada. En ella había una población de más de 25.000 habitantes -sólo la ciudad palatina de La Alhambra contaba con 1.500-, perfectamente articulada en sus instituciones urbanas, siendo una de las mejores ciudades musulmanas del siglo XIV y XV, con más de 250 años de uniformidad política, religiosa y económica. Otras ciudades la contemplaban con orgullo desde la otra orilla del Mediterráneo: Túnez, El Cairo, Tremecén, Damasco.

Boabdil, en secreto, trataba de negociar unas condiciones ventajosas de entrega de la ciudad. Finalmente, el 25 de noviembre de 1491, firma las capitulaciones que venían a significar el final de la resistencia. La capitulación contenía 77 artículos, destacando las siguientes:


  • El rey de Granada y los alcaides entregarán la fortaleza de la Alhambra y todas las otras fortalezas, torres y puertas de la ciudad de Granada y del Albayzín.
  • Todos los moros se entregarán libre y espontáneamente, y cumplirán como buenos y leales vasallos con sus reyes y señores naturales. No se les obligará a convertirse al catolicismo ni podrán ser molestados por sus costumbres. No podrán ser enrolados en el ejército contra su voluntad.
  • El día que el rey entregase las fortalezas y torres, sus altezas le devolverían a su hijo con todos los rehenes, y sus mujeres y criados, excepto los que se hubieren vuelto cristianos.
  • Los moros serán juzgados en sus leyes y causas por su derecho tradicional, con parecer de sus cadís y jueces, que permanecerán en su puesto si son respetados por el pueblo y leales. El jurado estará compuesto de un cadí y un juez cristiano. No se permitirá, sin embargo, que las culpas y delitos pasen de padres a hijos.
  • Se permite a los moros llevar armas, excepto pólvora, que deben entregar a las autoridades.
  • Los moros son libres de vender o arrendar sus propiedades y viajar a la Berbería si así lo desean sin que se les confisquen sus bienes, garantizando los cristianos que la travesía sería segura, durante tres años. Pasado este tiempo, deben avisar a las autoridades con cincuenta días de antelación y mediante el pago de un ducado. Este derecho es recíproco para los habitantes de la Berbería.
  • Los moros no estaban obligados a llevar marca distintiva alguna, al contrario que los judíos, que deberían llevarla siempre.
  • Los antiguos habitantes de Granada están exentos de impuestos durante tres años. Los tributos serán los habituales según la ley nazarí. Podrán comerciar en todo el reino sin pagar ningún portazgo especial.
  • Todos los cautivos cristianos de la ciudad serán entregados a las autoridades castellanas y liberados, a no ser que fueran vendidos antes de la capitulación, como condición para el vasallaje.
  • Todos los funcionarios y empleados de la administración nazarí, desde el rey hasta los siervos, pasando por los alcaides, cadís, meftís, caudillos, alguaciles y escuderos serán bien tratados y recibirán un sueldo justo por su trabajo. Se respetarán sus libertades y costumbres.
  • Los cristianos tienen prohibido entrar en las mezquitas, y los judíos no pueden ser recaudadores ni tener bajo su mando ni a cristianos ni a moros. Asimismo, se respetan las limosnas de las mezquitas, que serán administradas por los alfaquíes.
  • Se concede una Amnistía e indulto general para todos los prisioneros de Granada, incluidos los que se escaparon de las cárceles cristianas y se refugiaron en la ciudad, excepto si son canarios o negros. Esta amnistía se extiende también a los prisioneros de guerra.
El 2 de enero de 1492 se rendía formalmente la ciudad, el 6 de enero los Reyes Católicos entran formalmente en la ciudad teniendo lugar la formación de España. El Papa Julio II otorgó al rey Fernando el título de Rey de Jerusalem, título que aún conservan los reyes de España, ya que tenía  como objetivo una nueva cruzada, pero los Reyes Católicos tenían otros planes más inmediatos, como la unificación de la corona y la religión.

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