La ruta del Agua (Parque Periurbano de la Dehesa del Generalife)

Recorrido por el Parque periurbano de la Dehesa del Generalife

La Dehesa del Generalife fue lugar de descanso para los gobernantes de La Alhambra durante la época de esplendor del Reino nazarí de Granada, donde se construyeron numerosos alcázares y palacios de recreo, como el Generalife, Los Alixares o Dar al-Arusa. Aunque alguno de estos edificios se encuentran hoy en ruinas, muchas de las obras de ingeniería hidráulica que llevaban el agua a surtidores, colmaba alberca e irrigaba magníficos jardines, están aún en pie y se pueden observar en este recorrido.

Los nazaries crearon una red de canales y albercas
para llevar el agua a las diferentes
zonas de La Alhambra y El Generalife,
siendo la Acequia Real la principal arteria

Decía el historiador Manuel Gómez - Moreno González, aunque desaparecieran todas las construcciones, mientras hubiera agua, existiría la Alhambra. La captación del caudal del Darro y su elevación mediante sifones por la ladera del Cerro del Sol hasta almacenarla por encima del Generalife y desde allí encauzarla hacia La Alhambra.

Muy cerca de la almunia real de los Alixares una red de canalizaciones y albercas nazaríes aún se conservan como vestigio arqueológico. Para comprender la esencia de esta infraestructura y disfrutar al mismo tiempo del espacio natural donde se encuentran lo mejor es rememorar el camino que hacía el agua.

Desde el camino del Llano de la Perdiz se alcanza el Aljibe de la Lluvia
-arriba en la imagen- a algo más de 2 km; éste aljibe llevaba el agua hasta
la Alberca Rota a la que se llega siguiendo un sendero al oeste desde aquí

La explanada donde se encuentra el Aljibe de la Lluvia parte un sendero que camina hacia el oeste (unos cuatrocientros metros), al borde de un pinar que termina entre olivos y conduce a los restos de la Alberca Rota donde se almacenaba el agua que se recogía en el aljibe y el punto hasta donde subía desde la Acequia de los Arquillos, paralela a la Acequia Real y construida para dotar de agua a las almunias del Cerro del Sol a través de una noria que salvaba la altura de casi 60 metros.

Únicamente quedan vestigios arqueológicos de la
Alberca Rota como el arranque de sus muros

Detalle de los ladrillos colocados en espiga de la Alberca Rota


A partir de los restos arqueológicos de la noria el sendero baja hacia un mirador sobre el Sacromonte y continúa el descenso del camino unos 200 metros, hasta llegar al carril trasero de la Silla del Moro. A la derecha sube un carril hacia la colina donde se encuentra el palacio de Dar al-Arusa, destino del agua que había elevado la noria mencionada anteriormente hasta la vieja alberca y que desde allí circulaba entre canalizaciones de piedra.

Vista del Castillo de Santa Elena, conocido popularmente como
Silla del Moro, desde el carril trasero de acceso

En Dar al-Arusa se llenaba el Baño de las Damas, del que sólo se conservan algunos restos. El recorrido sigue al este de la colina en dirección a la ciudad de Granada para llegar hasta la entrada del cementerio musulmán. Frente a él, a la derecha de la cazada, oculto entre olivos se encuentra el Albercón del Negro, depósito de aguas del Palacio de Alixares.

Restos de Dar al-Arusa y albercones de La Alhambra

En el Albercón del Negro aún pueden verse las conducciones por las que pasaba el agua que recibía desde Dal al-Arusa y que llegaban hasta el Palacio de Alixares cubiertos por piedra y ladrillo. 

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